sábado, 9 de marzo de 2013

La Rambogüela

La Rambogüela, abuela Rambo o "Granbo" es la protagonista de un correo "de estos de reenvío" que recibí. La historia es buena, definitivamente:
http://urbanlegends.about.com/library/bl_gun_toting_granny.htm

Sin embargo, aparte de que esté plagado de slang estadounidense (el original, no el que yo recibí que estaba en español) resulta poco creíble o cuando menos sospechoso. Es más, no sé si decir que ojalá resultara más creíble porque si bien es cierto que alguna que otra grannies de estas no estarían de más, el hecho de que a las violaciones pudiéramos añadir que las amables ancianitas fueran armadas hasta los dientes por ahí no sé si nos llevaría a un mundo mejor o peor.

Precisamente llevo dándole vueltas al hecho de que el mundo sea mejor o peor o a las posibilidades de que mejore o empeore. Así, habiendo yo criticado públicamente (todo lo públicamente que puedo) a Hugo Chávez, me encuentro ahora (tal como era de esperar) que muchos los que pedían que a una rival democrática, Esperanza Aguirre se le reprodujera el cáncer, lloran ahora la muerte de un dictador afín.

Aunque lo que he dicho no es precisamente cierto, en el sentido de que lo que comento lo hago solo por algunos testimonios de segunda y una imagen que sí he podido ver en primera persona porque no he estado interesado ni en llorar la muerte del populista ni en alegrarme de ella. La verdad es que solo he lamentado/constatado que el cáncer solo entiende de células, algo de lo que podríamos aprender mucho. No debería haber enfermos de cáncer de derecha ni de izquierdas, ni cánceres buenos o malos en función de la afinidad que sientas por la víctima. Solo debería haber enfermos de cáncer, a secas, que intentáramos curar.

Y siguiendo con el cáncer, tanto en el trabajo como en el fútbol de los sábados he tenido y tengo oportunidad de entrar en contacto, un contacto muy leve y absolutamente tangencial pero contacto, con niños enfermos de cáncer. Pocas cosas más tristes puede haber que esa. 

Ojalá hubiera otra Rambogüela por ahí que disparara inyecciones contra el cáncer pero en vez de a un hombre de 33 años a 11 niños de 3. Eso sí tendría algo más de verosimilitud porque (y hablo desde el total desconocimiento porque nunca he disparado un arma) no creo que haya muchas abuelas capaces de aguantar el retroceso de uno de esos chismes, tres veces, mientras apunta a la genitalia de un violador. Como diría Kant, cuando pude no quise y cuando quise no pude. Eso posiblemente es aplicable a todos nosotros en uno o más órdenes de nuestra vida. Probablemente es ley de vida y quién sabe si hasta mejor que así sea. Habrá que ir mentalizándose por si acaso.

Un saludo, Domingo.

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