sábado, 15 de junio de 2013

Mucha suerte

No es la primera vez que reconozco tener mucha suerte. Suerte por vivir en un espacio, el llamado primer mundo, cuando solo con haber nacido a unos cuantos kilómetros más al sur mi vida podría haber sido muy diferente. Suerte por vivir en un tiempo que es muy diferente, muy diferente al tiempo que vivieron mis padres, muy muy diferente al tiempo que vivieron mis abuelos y parecido como un huevo a una castaña al tiempo que vivieron mis tátara tátara o tátara tátara tátara ...

Sin embargo, algo que no he comentado tantas veces es la suerte simplemente por vivir y más concretamente por vivir "de una pieza". Hace poco mientras me agachaba ligeramente cerca de un alambre "colgandero", tuve lo que podría definir como la mayor suerte de los últimos tiempos, por encima incluso el nuevo (ya no tanto) trabajo, que ya es. Mientras me agachaba tuve la mala suerte de que el alambre, acompasó su balanceo con el movimiento de mi ojo y dio en este durante el movimiento descendiente de la cabeza, con la mala suerte de que se me quedó metido entre el ojo y el párpado y la grandísima suerte de que solo hizo eso.

Como si me hubieran congelado, me quedé quieto pensando que un ojo era mucho más duro de lo que parecía pero que por otro lado un movimiento brusco podía ocasionar que el alambre me rasgara el párpado. Entre uno y otro pensamiento llegaron a mí y me consiguieron sacar el alambre del ojo. Por la noche unas cuantas legañas/lagañas consecuencia del trabajo a destajo del sistema inmunitario intentando expulsar todo aquello que no debe estar allí. Nuestro cuerpo es simplemente maravilloso ...

Pero eso me hizo recordar otras situaciones en las que mi integridad física, cuando no mi vida, ha estado en peligro. Una que recuerdo fue un frenazo de una furgoneta cuando yo cruzaba por una calle sin darme cuenta de que venía un coche. A esa hay que añadirle otro par de similar factura.

¿Qué más?. Pues siendo pequeño se me ocurrió meter una bombilla de las de los trabajos escolares en el enchufe de la luz ... diría que jamás volvería a hacerlo pero no es del todo cierto pues enchufé un cargador de pilas americano en una habitación de hotel inglesa. En mi descargo hay que decir que antes de hacerlo pregunté en recepción pues creo que había visto un signo dudoso y como aquel era un hotel turístico, no me pareció descartable que lo tuvieran así preparado. El de recepción se equivocó ... y a mí me lo recordarán de por vida :-D.

¿Alguna más?. A ver, coches, electricidad ... peligros de este tiempo y este espacio. No recuerdo ninguno más propio de los tiempos modernos y sí recuerdo alguno propios de cualquier tiempo, andar cansado por una montaña. En este caso no sabría definir el peligro pues el miedo siempre me ha hecho bajar con una gran precaución pero sí que es verdad que la sensación que tenía mientras subía cruzando por restos de nieve muy resbaladizos no era muy reconfortante independientemente de que el riesgo fuera mayor o menor.

Otro peligro atemporal, "jugar" con los cuchillos. En este caso no estaba jugando sino cortando un queso curado especialmente duro y el cuchillo, de factura sólida, se quebró bajo la presión de mis manos derecha e izquierda sin llegar a tocar la izquierda (la derecha estaba en el mango).

¿Fuego en la cocina o fuera de ella?. Ahora mismo no recuerdo nada.
¿Algún animal encabritado sea de la especie que sea?. Tampoco.

¿Coches mientras conducía yo o conducía alguna otra persona?. Recuerdo alguna circunstancia de miedo pero de peligro peligro no tanto. Afortunadamente nunca he tenido ningún accidente.

Y creo que esto es todo. Quizás no sea mucho pero suficiente como para dar las gracias de estar sano y salvo.

Un saludo, Domingo.