domingo, 17 de marzo de 2013

A vueltas con los números

Decía alguien por ahí: no des números, da ideas; si das números siempre puede haber quien haga los cálculos. Ejemplos que muestren a las claras el por qué de esta frase hay muchos. El más antiguo que recuerdo lo proporcionaron en el programa de tertulia/humor "Este país necesita un repaso" que se emitió en Tele5 hace 20 años. Por cierto, eso me hace pensar que hace 20 años no solo veía televisión sino que veía Tele5 y su programación (o al menos parte de la misma) me gustaba.

El caso es que durante aquel programa empezaron a analizar una noticia aparecida en un periódico que informaba sobre los despilfarros del gobierno (para ponernos en contexto, últimos años de Felipe González,  Roldán, comisiones de la Expo, del AVE, Juan Guerra ...). La noticia en cuestión hacía referencia a lo que se gastaba España en espionaje, una desorbitada cifra de (me la invento) 10 millones de euros. Por lo que recuerdo, se daba a entender que con semejante cifra, se podía hacer de todo y era muy complejo, casi imposible, pensar en qué se podían gastar tanto dinero nuestros espías si no era en sobornos y demás cosas de dudosa legalidad.

Recuerdo que al escucharla no me pareció una cifra tan elevada y mis sospechas se vieron confirmadas con el análisis detallado de los mismos números que ofrecía la propia noticia. Decía algo así que con ese presupuesto se mantenía una red de, digamos también, 1000 espías, el colmo de la malversación. En cambio, una simple, muy simple división, nos mostraba que ese presupuesto daba para contratar a Mortadelo, Filemón y 998 empleados que no iban a ser ni mileuristas. Algo fallaba y lo que fallaba no era sino que habían dado los números en vez de las ideas.

Por cierto, los datos actuales según la Wikipedia son  600 empleados y 228 millones de euros, unos 380 mil euros por empleado, suponiendo que todo fueran sueldos, cosa que evidentemente no es así. Pero sería otra forma de hacer lo mismo solo que esta vez por exceso en vez de por defecto.

Ese es el primer caso que recuerdo. Uno de los últimos es precisamente idéntico al último y tiene que ver con la seguridad vial. Hace unos días escuchaba en la radio un anuncio narrando las terribles consecuencias que puede conllevar el no llevar a un tierno infante debidamente sujeto en un coche. En ese momento un escalofrío recorrió mi cuerpo simplemente al pensar que una cierta persona a la que he visto solo tres o cuatro veces lo estuviera escuchando también. Se trata de alguien que tuvo la desgracia de comprobar en carne propia esas terribles consecuencias y todavía estaba pensando en ello cuando escuché el mismo argumento que creo que ya critiqué en su día en el blog: uno de cada cinco fallecidos por accidente de tráfico el año pasado no llevaba puesto el cinturón de seguridad.

¿Y por qué criticarlo?. Pues simplemente porque está redactado de forma fácilmente manipulable, tan fácilmente manipulable como decir (o pensar) que cuatro de cada cinco fallecidos en accidente de tráfico llevaban puesto el cinturón de seguridad. ¿Conclusión?, mejor no llevarlo :-S. Es cierto que la fórmula usada parecería la más lógica tras, sin embargo, creo que las cabezas pensantes deberían darle la vuelta a algo tan simple como: John y Joe van a tener un accidente de tráfico. John lleva puesto el cinturón, Joe no. Tras el accidente lo más probable es que John se alegre de haberlo llevado puesto y que la familia de Joe lamente que él no lo llevara.

Dar números hace tu mensaje más creíble, cierto, sin embargo también lo convierte en más peligroso. Es cuestión de encontrar el equilibrio adecuado.

Un saludo, Domingo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario